La moneda menuda entre los siglos XIII y XVI en León y Castilla

Esta entrada es abierta y se actualizará en función de nuevos datos.

En otras entradas se han recogido noticias importantes en relación con algunos hallazgos. También se han dado a conocer mapas en los que se recogen aspectos significativos en relación con el uso de la moneda. Es el caso del mapa de tesorillos monetarios en los que quienes realizaron el ocultamiento generalmente acumulaban la moneda de valor desechando la menuda, con excepciones. En realidad, los tesorillos son el reflejo de la moneda en circulación en un momento muy concreto. También se ha ofrecido un mapa sobre la presencia de monedas en las necrópolis, en las que con ocasión de una inhumación se retiraba de su circulación moneda de poco valor. Además, se han indicado los casos de donativos votivos servían para asociar a un peregrino con lo sagrado.

Los hallazgos mencionados con anterioridad no sirven para explicar el funcionamiento de la moneda menuda, es decir, la que se guarda en el bolsillo y se usa de manera frecuente para dar limosna o pagar pequeñas compras o servicios comunes, la esencial y cotidiana, la del valor casi insignificante y no adecuada para ser atesorada, aquella que por su modestia no tiene acomodo en la documentación del período. Por muy esencial que resulte para entender el uso de la moneda por los habitantes de la Edad Media, no tenemos muchos datos para interpretarla.

Algunas excavaciones sistemáticas permiten conocer aspectos relativos a esta clase de monedas dada la configuración del espacio en el que se realizan. Son los casos de los castillos, como en de la Rocha Vella en Santiago de Compostela, estructuras defensivas cuya cronología puede definirse de acuerdo con distintas noticias y en las que conviven personas durante un tiempo relativamente limitado de sus vidas, empleando monedas que en muchas ocasiones se pierden. Es también el supuesto de las naves o ábsides de las iglesias en las que los fieles pueden a ver perdido monedas durante su estancia cotidiana. Y lo es también el de otros edificios o espacios abiertos.

En estas excavaciones es frecuente encontrar monedas sueltas o aisladas, mezcladas con otro material empleado en labores constructivas. Además, los resultados ofrecidos ofrecen monedas acuñadas con mucha distancia temporal entre sí como consecuencia de remociones. En todo caso, puede afirmarse que nos encontramos ante dinero de bolsillo, fácil de perder sin que nadie tenga un especial interés en recuperarlo. Estos extravíos pueden deberse a muchas razones, como el encontrarse los dineros en bolsas, bolsillos o pliegues de la ropa de los que salen con motivo de una postura forzada como el ejercicio físico de quien está haciendo un trabajo, adiestrándose o jugando, de quien se arrodilla en la iglesia o incluso de quien realiza sus necesidades.

En esta entrada se da a conocer un mapa con distintos hallazgos cuyas características permiten establecer unas mínimas conclusiones, toda vez que el número de intervenciones en el que aparecen monedas es muy numeroso, poco significativo, o bien se basa en descripciones muy genéricas que pueden limitarse a realizar un inventario de monedas encontradas. Algunos autores como Mateu y Llopis con carácter general, Sainz Varona para la provincia de Burgos, Blanco García para el municipio segoviano de Coca o Fontenla para los castillos ubicados en Lorca han referenciado un número importante de monedas en hallazgos individualizados sin detalles de las circunstancias presentes. En este mapa hay varias capas y el lector debe buscar la dedicada específicamente a esta materia.

Para comprender la moneda menuda se analizan los datos publicados de excavaciones sistemáticas (con alguna excepción) en algunos espacios en los que se describen las circunstancias (no siempre precisas). Se ha atendido con detalle a las monedas medievales castellanas presentes en cada caso, indicando de manera más o menos precisa la de monedas más antiguas y modernas con las que a veces convive sin que pueda escindirse con comodidad si llegaron a convivir o sencillamente si se mezclaron en algún momento. Al final de la entrada se ofrece un anexo en el que se individualizan los resultados. Su estudio, permite obtener algunas conclusiones en relación con el funcionamiento de la moneda menuda en la Edad Media:

1 Con algunas excepciones, la moneda menuda presente en estos contextos tiene un contenido de plata bajo y se acuña abundantemente en algunos periodos. Son frecuentes en casi todos los yacimientos los dineros pepiones castellanos (MOMECA 30), los dineros de Fernando IV (MOMECA 45.1), las blancas de Enrique III (MOMECA 69.1A) y las blancas de Enrique IV de 1471 (MOMECA 80.A), series todas que reúnen esas características.

2 En muchos casos las monedas que aparecen tuvieron una circulación muy escasa y fueron rápidamente sacadas del mercado lícito y, de hecho, nunca las encontramos formando parte de un tesorillo monetario conocido. Son los casos los dineros acuñados en Sevilla por Enrique II durante la guerra civil castellana hacia 1368 (MOMECA 57.7, en Oyarzun), las meajas coronadas de Enrique II en 1376 y los dineros de Juan I de 1379 (MOMECA 60.3 y  MOMECA 64.5, ambos en Azkiotia), los cornados de Aimar de Poitiers hacia 1368 imitando la moneda castellana (MOMECA 61.1, en Zorita de los Canes, Lerma y la Torre de Hércules), de las monedas fabricadas por Fernando I de Portugal en 1369 y desmonetizadas en 1370 (MOMECA 62.4, en Torres de Oeste y Oyarzun) o los cruzados de Enrique II de 1369 (MOMECA 58.4 en la Rocha Vella, Talavera y Oyarzun). En el castillo compostelano de la Rocha Vella también puede mencionarse una blanca de Enrique III o Juan II con las leyendas recortadas y que parece ser usada en pagos. Muy posiblemente, los ejemplares de estas series permanecieron en el bolsillo y se les dio un valor residual por los habitantes. También es el caso especial del numerario empleado en San Marcial del Rubicón en Lanzarote.

3 Lo mismo se puede decir de la moneda procedente de fuera de las fronteras, siendo destacable la enorme presencia de ceitiles portugueses de los siglos XV y XVI, acogidos en Galicia y en zonas limítrofes con Portugal y el sur de Andalucía. De hecho, las blancas castellanas de 1471 y los ceitiles portugueses son las monedas menudas que encontramos en yacimientos fuera de la península, caso de la cueva pintada en Gáldar y la Isabela en La Española tanto como en otros puntos en América. Las monedas portuguesas del siglo XV también pueden mencionarse en las iglesias guipuzcoanas y en el castillo compostelano de A Rocha.

4 En muchas ocasiones las monedas medievales se encuentran mezcladas con monedas muy anteriores y posteriores en el tiempo. Encontramos algunas monedas romanas que pudieron haber servido como moneda menuda y, por otra parte, la presencia de moneda medieval en unión de otras posteriores puede deberse a su pervivencia en el tiempo para pequeños pagos en tiempos muy posteriores a su vigencia formal. Ejemplos especiales son el seisén de 1276 (MOMECA 38) presente en La Isabela, un contexto americano, y en dinero aragonés de comienzos del siglo XIV (MOMEAR 8.1) en Gáldar, Canarias. Por lo tanto, es posible que una vez desmonetizadas, estos ejemplares conservaran un valor residual en algunos contextos para pagos modestsos.

5 Algunas excavaciones permiten obtener conclusiones más especiales:

• En otras entradas se han mencionado el túnel de San Adrián y el castillo de la Rocha Forte en Santiago de Compostela, donde las monedas se hallan en la liza exterior (es el lugar que aparece en la imagen superior), espacio dedicado a vertedero o higiene de quienes habitaban en el castillo. También el uso de las monedas de uso corriente para embellecer la fabricación de campanas o su empleo en adornos, engranajes o espuelas.
• En el caso de la Ciudad de Vascos, las monedas de Alfonso VI sirven para fechar el corto periodo de ocupación por parte de las tropas castellanas que se produce entre la incorporación al reino en 1085 y el pronto abandono del emplazamiento y pueden explicar la forma de percepción de soldadas. Además, las monedas halladas permiten diferenciar el ámbito específico y separado de circulación de las emisiones anónimas toledanas de 1085-1087.
• En castillos como los de Talavera y Zorita de los Canes las monedas se combinan con otros materiales de relleno de estructuras con ocasión de alguna obra. En la Torre de Hércules en Coruña sucede lo mismo, en esta ocasión en unión de moneda romana, probablemente por haberse producido dos derrumbes distintos.
• En algunas iglesias entre los siglos XIV y XV, como las de San Esteban de Oyarzun, San Martín en Azkoitia, Santa María de Tina Mayor o San Salvador de Valdediós, las monedas aparecen dispersas en la nave o en los ábsides. Lo mismo cabe mencionar a comienzos del siglo XII en la Catedral compostelana o en Santo domingo de Silos.
• Finalmente, en Lerma, en un campo junto a la ermita de San Antón y durante muchos años con anterioridad a 1989, aparecieron en zonas superficiales y sin aparatos de búsqueda al menos 73 monedas de los siglos XII a XVII. La finca tenía una superficie próxima a 1.000 metros cuadrados y se encuentra actualmente edificada. El conjunto es heterogéneo, no reúne las características de ningún tesorillo y contiene monedas de valores no especialmente bajos. Sáinz Varona supuso la existencia en el lugar de algún mercado como el que se desarrolló en la villa desde 1409 hasta finales del siglo XV, dedicado a paños y ganado.

6 Como matiz, indicar que en algunos castillos se han identificado pequeños tesorillos que se pueden buscar en este otro mapa en el que se identifican conjuntos especialmente pequeños. En el castillo de Calatrava se han identificado un pequeño conjunto de pecios castellanos de comienzos del siglo XII y otro con dineros de Alfonso X anteriores a 1270. En la torre de la Almofala de Toledo un conjunto de moneda anterior a 1350, al igual que en la catedral de Santander. En el de Jadraque, además de monedas sueltas, hay un pequeño tesorillo de 11 blancas de 1471 con dos monedas extranjeras en una bolsa de tela. Otro con 27 blancas de 1471 apareció en el castillo de Tarifa. En conjunto, es moneda menuda de mano, en este caso agrupada.

BIBLIOGRAFÍA

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A. Sáinz Varona, “Hallazgos monetarios en la provincia de Burgos II”, Gaceta Numismática 91, 1988, 33-46

A. Sáinz Varona, “Hallazgos monetarios en la provincia de Burgos III”, Gaceta Numismática 93, 1989, 43-54

A. Sáinz Varona, “Hallazgos monetarios en la provincia de Burgos IV”, Gaceta Numismática 97-98, 1989, 149-151

Urteaga, M., Guereñu, M., Ibáñez Artica, M., «Conjunto monetario de la ermita de San Martín de Iraurgi (Azkiotia, Guipúzkoa)», Gaceta Numismática 139, 2000

ANEXO

Castillo de la Rocha Vella, Santiago de Compostela

Castillo de Zorita de los Canes

Castillo de Talavera de la Reina

Castillo de la Puente, San Fernando

Torres de Oeste

Medina Sidonia

Torre de Hércules

Castelo de Arauxo

San Juan de los Caballeros, Segovia

Santa María de Tina Mayor

San Salvador de Valdediós

San Esteban de Oyarzun

San Martín de Iraurgi, Azkoitia, Urteaga, Guereñu, Ibáñez, 2000

Segóbriga, Cuenca, Abascal, 1996

Enfrente de San Antón, Lerma

La Isabela

En la ciudad fundada en 1493 en el norte de La Española, en la actual República Dominicana y en un contexto correspondiente al año siguiente a su fundación, distintas excavaciones han arrojado el hallazgo de:

• 1 sesién acuñado en 1276 (MOMECA 38)
• 1 real y 2 medios reales emitidos en 1471 (MOMECA 79.Ay MOMECA  79.B)
• 1 medio real fabricado entre 1474 y 1497
• 61 blancas fabricadas en 1471 (MOMECA 80.A, una de ellas es una falsificación en plomo)
• Varios ceitiles portugueses, dos monedas italianas y una pesa que pudo ser de dobla de la banda conforme al ordenamiento castellano de 1488.

Cueva Pintada, Gáldar

• 1 dinero aragonés de Jaime II
• 13 blancas de 1471
• 31 ceitiles anteriores a 1512
• 1 real portugués.

Túnel de San Adrián

• Moneda castellana: 1 dinero de Alfonso VI (1088), 53 dineros pepiones (ss. XII-XIII), 1 dinero incierto de Alfonso IX (1200), 8 dineros y 4 meajas de burgaleses (hacia 1190), 2 dineros alfonsíes (1256), 12 dineros de la Primera Guerra de 1263, 11 pujesas de 1281, 1 cornado y a meaja de 1286, 6 dineros de Fernando IV emitido en 1297, 1 cornado y 2 dineros de Alfonso XI, 1 dinero de Enrique II de 1373, 1 cornado de Juan I, 1 blanca de 1471, además de una moneda de Felipe II y otra de Felipe IV.
• Moneda de Aragón: 2 dineros del cambio de los siglos XI al XII, en concreto, un dinero jaqués de Sancho Ramírez y otro de Alfonso I.
• Moneda navarra: 10 dineros de Sancho VI, 9 de Sancho VII y 2 de Teobaldo II.
• Moneda de imitación de Aquitania: 1 dinero

CLAVES DEL MAPA

Este mapa es el compendio de hallazgos relacionados con la moneda en a corona de Castilla o de moneda fabricada en León y Castilla en contextos arqueológicos. La base es Google my maps y puede requerir cuenta de usuario. Debe seleccionarse la capa dedicada en particular a esta materia.

Como citar. Debe citarse con la referencia siguiente: Antonio Roma Valdés, “Mapa de los tesorillos y otros hallazgos de monda medieval de León y Castilla”, Moneda Medieval, septiembre de 2020. http://www.monedamedieval.es.

Interpretación. El mapa contiene por capas datos arqueológicos relevantes dispuestos por capas temporales, ordenados con los siguientes criterios:

• Los colores son utilitarios y se disponen en función de cada capa.
• La ubicación es muy aproximada, no exacta en todos los casos, sino que puede haber cierta distancia temporal para facilitar la lectura.
• El lector puede seleccionar cada capa o una suma de ellas.
• Cada dato registrado se señala con un icono. Los establecidos son los siguientes:
  • Torre: hallazgo en un castillo
  • Iglesia: hallazgos en iglesias
  • Cabeza de ganado: feria
  • Caminante: espacio de tránsito
  • Casas: otros espacios.