Momeca 75.A (Enrique IV – cuartos desde 1461)

Fotografía: Áureo & Calicó

El Ordenamiento de Aranda ordena la fabricación en 1461. Hasta 1470 se siguen fabricando cuartos con leyes progresivamente inferiores.

Cada cuarto acuñado en 1461, con granadas a los lados del busto, debía contar con una ley de 60 granos y una talla de 62 piezas en marco, esto es, un peso de 3’75 g y un contenido de 0’85 g de plata, acomodándose al real de 3’40 g de peso.

Previsiblemente en 1465, cuando el rey acuerda la fabricación de moneda, vuelve la acuñación de cuartos, de cuyos parámetros carecemos de referencias concretas, que pudieron coincidir con los anteriores o más bien fabricarse con algo menos de su contenido de plata.

En los años 1468 y 1469 acordó que se fabricasen con una ley de 54 granos y una talla de 70 en el marco. Esto es, 3’28 g de peso, 0’61 g de plata.

En 1470, el rey ordenó a la ceca de Burgos que los fabricase con una ley de 48 granos y una talla de 70 en el marco (3’48 g, 0’54 g de plata). Puede ser la ley a la que se acomodan las cecas creadas en torno a 1468. Destacar que los ejemplares que nos han llegado de algunas cecas tienen un peso aun inferior y una apariencia muy cobriza.

Contextos arqueológicos entre 1461 y 1470.

Los cuartos, denominados erróneamente cuartillos, suponen la máxima expresión del desorden monetario castellano de los años centrales del siglo XV.

Una primera serie se produce en 1461 y desarrollar en 1462. Se fabrican en Burgos, Coruña, Cuenca, Sevilla y Toledo, caracterizándose por presentar granadas a los lados del busto. Conocemos el volumen de acuñación de estos cuartos

Sin embargo, la Crónica de Enrique IV menciona la concesión del derecho a acuñar hasta 150 cecas, cantidad seguramente no real o, al menos, no todas las cecas supuestamente establecidas llegaron a funcionar.

De los cuartos de las fechas más recientes podemos dar los siguientes datos de fabricación