Conocemos un reducido número de piezas que reproducen algunos tipos monetarios, pero están fabricados con ausencia de plata y tienen un peso superior. Aunque parecen monedas, no lo son. Tenemos muy pocos datos objetivos para interpretar quién las hizo y con qué finalidad. Pueden resumirse así:

  • Además de moneda castellana, conocemos algunos ejemplares de monedas aragoneses y portugueses, dentro de la numismática peninsular. Conocemos también de moneda francesa.
  • Sólo se ha publicado un análisis mecanográfico (MOMECA 35.1B) y el resultado es cobre con na liga de plata para facilitar la preparación del cospel.
  • En todo el espacio europeo, tan sólo se ha descrito el hallazgo de algunos escasos ejemplares franceses en Inglaterra.
  • Se trata de piezas que reproducen perfectamente los tipos monetarios realizados en la ceca y tienen el mismo diámetro, como fabricadas por cuños propios de la ceca.
  • El peso de todos ellos es lo suficientemente elevado como para no confundir estas piezas con monedas oficiales.
  • Con escasas excepciones, se trata de monedas no especialmente centradas o de cuños especialmente ejemplares. Con otras palabras, no parecen servir de modelo para quienes deben fabricar los cuños de la ceca.
  • Son piezas que presentan en general desgaste de uso, aunque este uso no es de pago: no son monedas.
  • Su peso es enormemente desigual y no responden a un concreto patrón. Como ejemplo, MOMECA 36.C01.

Sobre estas premisas, parece que nos encontramos con piezas realizadas en la ceca, con cuños reales, pero no para tomarlas como modelo en la realización de cuños dentro de la propia ceca, sino para ser entregadas. Sólo por excepción, algunas parecen realizadas fuera de la ceca, como unas blancas de Juan II  con peso desconocido con leyenda MONETA / MANUEL (MOMECA 71.1Z)

El uso de estas piezas es en cierto sentido un misterio. Conocemos algunas fichas con tipos ficticios (MOMECA 50.1 y MOMECA 50.2) que parecen realizadas para servir como instrumento para uso de los cambiadores en la realización de sus cuentas. Posiblemente esta sea su función, esto es, que se fabricasen normalmente en la ceca para su entrega a cambiadores que los utilizarían en sus mesas para facilitar sus cuentas.

Su nombre en la época es un misterio. Los diccionarios numismáticos acuden a la expresión ficha para piezas monetiformes de esta clase. Puede acudirse al galicismo piedorte o a la expresión monetal para concretar una denominación, asumiendo que ambas expresiones designan los modelos remitidos por la autoridad a las distintas cecas al comienzo de la emisión, supuesto excepcional a la vista de las que nos ha llegado.