Uno de los pasos fundamentales para fabricar moneda es la preparación de los cospeles. El proceso de su fabricación requiere crear láminas a base de aplanar normalmente con golpes de mazas un metal, para después recortarlo. Este dato nos es conocido por los ordenamientos medievales y podemos ver representaciones de obreros o monederos en las iglesias palentinas de Carrión de los Condes y Arenillas de San Pelayo.

Conocemos cospeles sin acuñar en un taller de falsarios en el castillo de Alarcos, tempranamente abandonado, acaso por ser descubierta la actividad.

La imagen superior responde a un conjunto de quince cospeles que pertenecen a una colección particular formada hace muchos años. Los quince ejemplares tienen el diámetro de dineros y cornados de vellón como los conocidos entre los siglos XIII y XIV, aunque también igual que las blancas acuñadas por Enrique IV en 1471 y los Reyes Católicos a partir de 1497. Los pesos oscilan entre 0,79 y 1,64 g y algunos ejemplares dan muestras sí de haber sido golpeados por algún objeto contundente para aplanar la lámina.

Pesos: 1,44, 1,04, 1,12, 1,48, 1,08, 1,08, 1,46, 1,08, 0,79, 1,63, 1,10, 0,81, 0,84, 0,95, 1,64

El periodo de mayor falsificación conocido de moneda de vellón se produce entre 1297 y 1350, aproximadamente. Aunque no constan en las notas de la colección datos de procedencia, el conjunto es compatible con un taller de falsarios de este periodo.

Para saber más:

A. Roma Valdés, (2010): Emisiones monetarias leonesas y castellanas de la Edad Media: organización, economía, tipos y fuentes, Santiago de Compostela

A. Roma Valdés, (2020): La falsificación monetaria en León y Castilla entre los ss. XIII y XIV, Omni 14, 283-303