La imagen superior, tomada en el Museo del Banco Nacional de Bélgica en Bruselas, corresponde a la mesa imaginaria de un cambiador a comienzos del siglo XVI que en poco se diferencia de la que podemos imaginar en los años centrales del siglo XV en Medina del Campo, Sevilla, Burgos o Toledo.

La caja de caudales de hierro tiene una cerradura intrincada, como la que vemos en otra semejante fabricada en Alemania en el siglo XVI y que se halla en el Museo de las Ferias de Medina del Campo, en la otra imagen. Delante de la caja vemos libros de cuentas manuscritos y libros de cambio, con dibujo de las especies monetarias conocidas e información acerca de su contenido en oro o plata. No conocemos libros de cambios anteriores al siglo XVI en Castilla, como tampoco los libros de cambios, que conocemos en Francia y también en Baleares en el siglo XIV y en la Málaga del Reino de Granada en el siglo XV y perteneciente a un comerciante lombardo. Esas funciones identificativas también las tienen los piefortes o prototipos, acaso también empleados para facilitar las cuentas.

Además, encontramos un juego de pesas fabricado aparentemente en Nüremberg, con marcas propias del s. XVI. Desde mediados del siglo XV y reglamentadas en 1488 también los comerciantes castellanos usan pesas para las monedas.