El medio gros de  Lodewijk van Nevers (1322-1346) acuñado en Gante entre 1334 y 1337 con la leyenda MONETA GANDENSIS (imagen de Jean Elsen) sirve para reflejar la semejanza de este tipo con uno castellano posterior, las blancas acuñadas con profusión tras 1404 por Enrique III (MOMECA 69.1A) y Juan II (MOMECA 72.1).

En ambos casos el León, que es un tipo iconográfico común en muchas monedas tanto de Flandes como de Castilla con anterioridad, se dirige a la izquierda, dentro de una orla de seis arcos, rodeada de otra circular.

En un hecho conocido que  los marineros cántabros y vascos establecieron consulados en Flandes a finales del s. XIV para facilitar el comercio de la lana en aquellas tierras a que a cambio importaban hierro y otros productos. La importancia de este comercio y de sus ganancias tuvo su importancia cuando en 1430 llegaron a plantear en las Cortes la importación de plata para la fabricación de moneda:

Otrosy muy poderoso señor en quanto atañe a lo que disen que darán cierta plata para fomecimiento de la dicha casa a rrason de quinientos e cinco mrs el marco, a nos otros paresce fablando con omil reuerencia que non seria nin es vuestro seruicio ser sabido por publico que vuestra merced mandaua poner numero en la plata que en las dichas casas se ha de labrar, nin otrosy en el prescio que se deue dar por cada marco de la dicha plata, por quanto esto sabido seria cabsa de crecer los prescios de la dicha plata e asy el oro e todas las otras cosas por entender los que la dicha plata tovieran que pues de nescesario se rrequeria labrar la dicha suma de plata en cada año que forcado seria crescer los prescios della. E aun seria dubda sy la dicha plata se podría aver, que por espirencia acaescio en Sevilla que algunos mercadores genoueses cabdalosos vendieron cierta suma de plata al vuestro thesorero déla dicha casa, e se obligaron de gela dar a cierto prescio e a cierto tiempo. E tanto que fue sabido por otros mercadores luego escrivieron a Flandes e a otras partes sobrello de guisa que luego fue encarecida la dicha plata e fue cabsa por que los dichos mercadores no podieron conplir, e están presos agora por vuestro mandado. E por esta misma manera se faria agora sabiendo se, et muy poderoso señor a nos otros paresce fablando con humil reverencia que segund lo que avernos platicado cerca dello que mucho mas vuestro seruicio seria que este cargo fuese dado a los vuestros thesoreros para que ellos conprasen la dicha plata secretamente fasta en el dicho prescio e dende ayuso como me (rolo: jor?) e mas conplidamente pudiesen segund fasta aqui se h (rolo) en las dichas (roto) vuestro servicio por que por espiriencia avernos visto que labran(roío) se mucha moneda e continuando labrar las dichas casas que luego crescen los prescios de la dicha plata e oro, e todas las otras cosas por consegiencia. segund dicho avemos, e quando acaesce labrarse conplidamente o que están algunos dias que non labran luego abaxan los prescios de la dicha plata e oro de lo que vuestra señoría se puede enformar ser asy.

La propuesta fue rechazada por el rey, fiel a una política monetaria más basada en el vellón bajo de las blancas y en el oro de las doblas que en la abundancia de moneda de plata y sin duda su aceptación habría tenido ventajas económicas que irían más allá de la moneda circulante para entrar en el incremento de las relaciones comerciales e industriales con la Europa atlántica.

Parece difícil que los marineros castellanos conocieran y menos aun llevaran ejemplares de estos gros poco frecuentes y menos aun que sus tipos fueran copiados por los entalladores castellanos, que ya disponían de precedentes propios. Sin embargo, debe llamarse la atención de la coincidencia de tipos, como veremos en este período también en los Países Bajos.