Los hombres de la Edad Media en ocasiones dejan su impronta en la moneda, sea agujerándola o recortándola.

A mediados del s. XIX, Aloïs Heiss atribuyó todas las monedas recortadas conocidas en su momento al reinado de Fernando IV (1295-1314) por una suerte de carambola: asignó unos dineros con leyenda F REX CASTELLE ET LEGINIS a Fernando III y el vacío se completó con monedas recortadas de otras series. Hoy sabemos que esos dineros son de Fernando IV y que las monedas recortadas no constituyen una emisión monetaria propia.

Algunas monedas se parten por la mitad o en porciones inferiores aparentemente para servir como fracción. Es el caso del siguiente dinero de Alfonso VIII de los años finales del s. XII correspondiente a una emisión rica en plata en un período de escasez de numerario (MOMECA 29.1A2.2, imagen MOMECA).

Algunas monedas de plata de los años finales del s. XV se recortan en su parte exterior con una finalidad aparentemente semejante, toda vez que la plata de ley tiene una circulación más allá de las fronteras de los reinos, atendido el peso y la ley del metal noble (MOMECA 79.A5.1, imagen MOMECA).

Por el contrario, algunas monedas se recortan cuidadosamente, como sucede con el siguiente medio cuarto de Enrique IV (MOMECA 75.B02.1, imagen, Jesús Vico).

En este caso, la intención es compatible con el empleo como adorno en algún objeto de otro material, como madera o cuero.

Un importante número de monedas de vellón de valor generalmente escaso que circulan en el mercado entre los siglos XIII y mediados del siglo XV, como los casos siguientes:

Los datos con los que contamos para su interpretación con los siguientes:

  • Se trata de numerario que, con excepción, tiene poco valor liberatorio.
  • El cercenado es generalmente descuidado, sin valor estético en la mayoría de los casos.
  • El recorte se produce fuera de la ceca, usando posiblemente una cizalla. La práctica está prohibida en la ceca y el material de acuñación no permite su empleo sin deterioro del cuño.
  • Las series más abundantemente recortadas son los dineros de Fernando IV de 1297 y las blancas de Enrique III y Juan II.
  • Un ejemplar de esta última serie apareció en las excavaciones del castillo de la Rocha en Santiago de Compostela, por lo que se trata de moneda en circulación. Sin embargo, no las conocemos en tesorillos monetarios dado su valor residual y al margen de los ordenamientos sobre emisión y circulación de moneda.
  • Tras el cercenado, la moneda tiene un peso que no corresponde a una fracción exacta de la unidad. Sabemos que se usa, pero no si se admite como unidad o fracción.
  • Los restos del recorte tienen poco contenido de plata, pero no es descartable que se aprovechase para depurarla.

Para saber más:

Antonio Roma Valdés, Emisiones monetarias leonesas y castellanas de la Edad Media, 2010