El fenómeno de la imitación monetaria es muy frecuente en la Europa Occidental durante los siglos XIV y XV. Durante este período muchos señores laicos y religiosos tenían poder fabricar moneda y acostumbraban a tomar los tipos de monedas ajenas con distintas intenciones, eso sí, incorporando símbolos de su poder, normalmente en las leyendas para evitar ser tenidos por falsificadores.

Con frecuencia, muchos señores aprovechaban el prestigio de algunas especies, como el florín florentino de oro o los dineros torneses de vellón, de manera que el numerario de imitación se incorporaba a la circulación internacional.

La imitación monetaria se diferencia de los casos de falsificación, fraude o la acuñación de aspirantes al trono. En otra entrada se ha mencionado la existencia posible de acuñación por parte de un aspirante al trono como Alfonso de la Cerda en Murcia al comienzo del siglo XIV. Además, algunos cortesanos como Juan Núñez y  don Juan Manuel falsificaron moneda del rey sin alterar leyendas y tipos monetarios y que Pedro IV de Aragón emitió moneda idéntica a la castellana entre 1366 y 1369 sin incluir sus emblemas. Con seguridad acuñaron moneda en el empleando tipos propios el Infante Sancho, más tarde Sancho IV, Fernando I de Portugal, Juan de Gante y Alfonso V de Portugal.

Los casos conocidos de imitación de moneda castellana son muy distintos entre sí.

Uno de los acompañantes de Enrique II durante la guerra civil de 1366 a 1369 es Aymar de Poitiers, conde de Valence et Die. Aymar empleó su poder monetario para imitar no pocas series monetarias en las que incluía su nombre con la leyenda A DE PICTAVIA COM (conde Aymar de Poitiers) y frecuentemente un pequeño escudo con tres besantes.

Durante el período señalado fabricó en su castillo de Puygiron cornados y dineros que aparentaban los de Alfonso XI, que circulaban con frecuencia en Castilla, para su conducción a los escenarios bélicos y pagar las tropas. Esta moneda fue tenida por falsa y la mayor parte de los ejemplares conocidos tiene un agujero.

Dirk o Thierry van Bronckhorst fue señor de la localidad holandesa de Gronsveld, muy próxima a Maastricht, entre 144 y 1451. Como Aymar, emitió moneda con diversos tipos ajenos, en algunos casos con la leyenda MONETA NOVA GRVISVELT, como sucede con un tipo de liard que imita en anverso y reverso las blancas de Juan II de Castilla, especies que excepcionalmente aparecen en contextos arqueológicos de los vecinos territorios de Portugal y Aragón, por lo que debían ser exóticos en sus tierras.

Debemos a Julio Torres la interpretación de esta serie infrecuente, fabricada en apariencia para su circulación local, sin perjuicio de su excepcional presencia en algunas colecciones españolas.